Don Manuel Villanueva Melgar Profesor en Las Cumbres Por Esperanza Cabello Esta ha sido una semana de emociones y despedidas. Don Manuel Villanueva Melgar, profesor de matemáticas en Las Cumbres, se ha jubilado, y todos los que formamos parte de este instituto nos hemos sentido más cerca de él que nunca. Hace treinta y tres años que empezaba en Ubrique su andadura un nuevo centro de enseñanza: Las Cumbres, un instituto que vendría a revolucionar la idea de la educación en el pueblo y su comarca. Un centro que empezó siendo de Formación Profesional y que comenzó con las enseñanzas de Diseño en Piel, Automoción y Administración. Manuel Villanueva, por entonces un jovencísimo profesor de matemáticas, tuvo como primer destino este centro y, como él mismo cuenta, las primeras matrículas de alumnos las hicieron los pioneros de casa en casa, como los antiguos vendedores de libros. Manuel Villanueva entra en el Salón de Actos de Las Cumbres para recibir el homenaje de sus alumnos Mucho ha llovido desde aquellos primeros años, aunque desde el primer día don Manuel se ha dejado literalmente la piel y el alma en Las Cumbres, con su gente, con sus alumnos. En estos años, en los que ha asistido a clases con una asiduidad y una puntualidad ejemplares, se ha dedicado a su trabajo y a su centro como si se tratara de su casa y su familia. Ha sido Director durante muchísimos años, y muchas generaciones de ubriqueños y de serranos han pasado por sus manos. Muchos antiguos alumnos son ahora sus compañeros, y en todos queda siempre la misma impronta, la misma sensación: don Manuel Villanueva es toda una institución en Las Cumbres. Emocionadas palabras del Director del Centro: don Ignacio Calvo Ordóñez El pasado jueves fue su último día de clase, y aunque habíamos previsto que sería un día emocionante lleno de recuerdos y parabienes, no sabíamos que iba a ser todo tan conmovedor y tan entrañable. Porque don Manuel no es amigo de los fastos artificiales ni de los compromisos oficiales y, aunque su trayectoria en el instituto podía habernos obligado a organizar un acto institutcional "emotivamente orquestado", nos encontramos en realidad con una gran familia demostrando su cariño, su afecto, su devoción por el profesor, por el maestro, por el amigo, por el compañero. En primer lugar sus alumnos de este curso se reunieron en el Salón de Actos, donde lo esperaron "a escondidas" hasta que lo acompañaron con cualquier excusa a darle la sorpresa. El Director del centro, don Ignacio Calvo, tuvo palabras afectuosas y de agradecimiento para el que ha sido su compañero desde hace quince años. También había una presentación que su compañera Eulalia Ortega había preparado, un montaje fotográfico de los muchos años que don Manuel ha estado en el centro, con antiguos compañeros, con alumnos, con todos. Sus alumnos de bachillerato le habían preparado un video muy simpático y tierno con un mensaje de agradecimiento y una pequeña broma relacionada con las matemáticas y la forma de enseñar de don Manuel. Descubriendo el retrato que se quedará para siempre en Las Cumbres A continuación don Manuel descubrió un retrato que José Antonio Martel había pintado para que se quedara siempre un recuerdo de este querido profesor en Las Cumbres, y entonces vinieron las palabras de agradecimiento de nuestro querido compañero para todos. Y las clases siguieron esa mañana... La jornada del homenajeado terminaba a las tres del mediodía, y seguramente él pensaba que ya habían terminado las sorpresas y las emociones. Pero don Manuel no contaba con que muchísimos de sus alumnos de otros años querían despedirlo, y que todos sus compañeros querían ser los últimos en desearle suerte en su nueva etapa. Así que poquito a poco, en silencio y con muchas sonrisas, el enorme pasillo humano de despedida se fue formando antes de que tocara el timbre de la última hora. Esta es la tercera jubilación de un maestro en Las Cumbres, y el pasillo se está convirtiendo en algo habitual. Bien organizado, el pasillo humano esperó pacientemente a que tocara. Los de Bachillerato junto a la salida, para que no hubiera problemas, los profesores alternados cada varios metros, los alumnos de ciclos y los de cuarto, en las escaleras y los pasillos del primer edificio... Entre aplausos, alguna lágrima perdida de los participantes y muchas voces de cariño y de emoción, don Manuel atravesó poco a poco el pasillo de afecto y admiración que habíamos formado entre todos. Fue saludando, sonriendo, hablando, comentando, para todos tuvo su momento, su palabra, su agradecimiento. Muy emocionante. Pocas veces hemos visto una manifestación de afecto tan cercana y tan multitudinaria, y es que don Manuel realmente es un maestro muy especial. Bondadoso, paciente, templado, con experiencia, dedicado a su profesión desde el primer momento, dedicado a sus alumnos (algunos no paraban de llorar ni siquiera al día siguiente) y a su centro como pocos. Realmente lo echaremos siempre de menos. Aún quedaban algunas sorpresas más. Sus alumnos de bachillerato lo esperaban en la puerta para entregarle un recuerdo que durará para siempre: un cuaderno en el que todos los que formamos Las Cumbres le hemos escrito unas palabras de agradecimiento y despedida, alumnos, profesores, personal, y unas flores ... Todos expectantes, don Manuel vuelve a dirigirse a sus alumnos Ya los últimos minutos en la puerta del centro, de nuevo agradecimientos y parabienes, que los autobuses estaban al llegar. Él que tanto ha luchado por normalizar el transporte escolar contempla con satisfacción cómo sus alumnos van montando poquito a poco en los autobuses el último día. ¡Y empiezan a sonar las bocinas! Todos los conductores de los autobuses, al saber que es la despedida de don Manuel, empiezan a hacer sonar las bocinas como si se tratara de una celebración... Aún quedarían un par de sorpresas más durante la comida-homenaje que celebramos a continuación. Muchos antiguos compañeros y compañeras querían unirse al homenaje y llegaron a comer con nosotros: José Luis, Antonio, Manolo, Luis Miguel, Manoli, Andrés, Juan, Pedro, Mariu... Compañeros de hace treinta años, de hace veinte, de hace diez, de hace dos... Manolo ha dejado en todo el que ha pasado por Las Cumbres un gran recuerdo, inolvidable. Y allí se sucedieron los dicursos, los recuerdos, los agradecimientos, los abrazos, las felicitaciones. Pasará mucho tiempo antes de que olvidemos tantas muestras de afecto, tanta alegría del tiempo vivido. Un segundo retrato que Martel ha hecho para Manolo, este para casa En este blog queríamos abrir una galería de maestros y maestras que han sido fundamentales para nuestro pueblo, y por supuesto que don Manuel está entre los más grandes por mérito propio, su trayectoria profesional y personal nos ha demostrado a todos que dedicación, entrega y buenas prácticas son las mejores herramientas de un maestro. De todas formas, aunque haya terminado aquí esta fase profesional, Manolo seguirá, como él mismo dice, siempre presente en Las Cumbres, como un fantasmita que sigue vigilando para que todo esté bien, para que todos estemos bien. ¡Muchas gracias, amigo...Hasta siempre!
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Editora del blog
Esperanza Cabello Izquierdo, coordinadora de las actividades de la Biblioteca de Las Cumbres y responsable de la página web. Archives
Marzo 2016
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