28 de Mayo, 2015, las [INSERTE HORA] ... y todo ha acabado. Pero como toda buena historia vamos a comenzar por el principio.
Érase una vez una clase sin calculadoras, sin ecuaciones y sin mapas, pero con algo mucho más importante, creatividad. Una clase en lo que lo primordial era crear nuevos mundos, mundos llenos de HUMANIDAD, puro ARTE. Estudiar los más antiguos para hacer al nuevo florecer, un mundo pintado de sueños, un futuro color de rosa... y azul, verde, negro, rojo, naranja... Pero no todo era risas y diversión. Todavía recuerdo ese pasillo digno del mayor de los infiernos: olores pestilentes, golpes, empujones, la pubertad en su estado puro. Y una vez dentro de la clase la situación apenas mejoraba, arañas asesinas que habitaban en el aire acondicionado, saltamontes con sed de venganza, abejorros que controlaban el reino de los cielos. Sin embargo, era nuestro hogar. Pero no estábamos solos en esta aventura, nos acompañaban multitud de profesores que nos ayudaron a completarla sanos y salvos, comenzando por nuestros dos pilares fundamentales: Candelaria, nuestra César, nuestra mecenas. Nos ha enseñado a valorar mundos pasados, para poder apreciar el nuestro aún más. Nos ha apoyado, ha aguantado nuestras frustraciones, nuestros debates y charlas, nos ha animado en los momentos más bajos y me enorgullezco de afirmar que ha hecho de nosotros mejores personas. Martel, El Sorolla del siglo XXI, un hombre adjunto a sus objetos arrojadizos que nos enseñó a expresarnos en el lenguaje más universal de todos, el arte. Un profesor que sin ser psicólogo nos aconsejó y animó hasta el punto de dejarlo exhausto tras este curso, pero habiendo dejado personas formadas, tanto en creatividad como en el corazón. Junto a ellos dos, nos acompañaban un elenco de profesores que abrirían el camino de nuestro futuro: Charo, que nos mostró la belleza de lo proporcionado, del ritmo, de posar en las fotos con postura de contraposto cual escultura griega, Esperanza, que nos trasladó a la mismísima Francia con un simple "Oui" y a otros tiempos jamás soñados con sus historias; Mariola, la culpable de que deseemos perdernos en Londres únicamente para pedir ayuda en un inglés digno de los dioses; Javier, con el que pasamos de "Yo solo sé que no sé nada" a "Pienso, luego existo", y por supuesto a María a la que enviamos todo nuestro cariño; Maricarmen, con la que descubrimos que los girasoles no son solo plantas, sino que también pueden ser miopes, Juan Pan, que nos mostró nuestras raíces, nuestra historia, esa famosa tan desconocida; Ramón, que nos animó a usar nuestra cabeza para crear un futuro y ser el próximo Steve Jobs, y Rocío, la voz de la humildad, y de los corazones más puros. Además, ¿qué sería de nosotros sin material y provisiones? Para eso ya están Javier y sus fotocopias, que contenían la respuesta a todas nuestras preguntas, y Espe, que nos alimentaba tan bien como palabras bonitas nos dedicaba. “Guapetón” “Preciosa” Este año ha estado lleno de baches, momentos "extraños", sucesos que han hecho de este una carrera de obstáculos que todos juntos hemos conseguido superar. Somos una piña, y no solo eso, sino también un melón o una sandia, pero sobre todo somos una gran familia. Como toda familia muchos miembros han volado del nido, pero otros han aparecido en nuestras vidas haciendo de esta última etapa de instituto un tiempo inolvidable. Nos hemos apoyado mutuamente, hemos conseguido terminar este último curso juntos y esto va a durar para siempre en nuestros corazones. No somos simples compañeros, somos un todo, un mecanismo perfecto donde todas las piezas encajan a la perfección. Somos artes y humanidades. Pero dentro de esta familia hay un miembro que ha luchado lo inimaginable por estar aquí y que merecía una mención en este día tan especial. Hablamos de Carmen. Ella ha sido capaz de sacar este año adelante con un esfuerzo sobrehumano, de ponerse al día y conseguir aprobar todos y cada uno de los exámenes, y por ello la admiramos. Para nosotros no ha sido una simple compañera, ha sido una inspiración, un ejemplo a seguir. Basta con mirarla para llenarte de fortaleza y sentir que luchando cualquier cosa es posible conseguirla. Gracias por formar parte de esta familia. Son las [INSERTE HORA] y esto se ha acabado, pero no es una despedida amarga, es una despedida para saludar al futuro, para levantar la vista y observar el horizonte, lo que está por venir. Esta etapa ha sido decisiva en nuestras vidas y siempre la vamos a recordar, a Las Cumbres, como nuestro hogar, y a su gente, como nuestra familia. Muchas gracias. .
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Editora del blog
Esperanza Cabello Izquierdo, coordinadora de las actividades de la Biblioteca de Las Cumbres y responsable de la página web. Archives
Marzo 2016
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