23 de abril de 2013. Con mucho retraso, esperando la llegada del Día del Libro, hemos entregado los premios a los ganadores del concurso de Cartas y poemas por San Valentín. Se trata de dos alumnos de segundo de Bachillerato: Cristina Oliva y José Pablo Domínguez. A ambos hemos entregado los premios, consistentes en vales para la librería, y a ambos damos la enhorabuena por su brillante participación. También agradecemos a los demás participantes su colaboración y sus trabajos, y los animamos para que sigan participando en las siguientes ediciones. "Ven, entremos y sentémonos, amor. Hablemos hasta que nos cubra un manto estrellado y la luna testifique nuestros besos." Y así, tomamos los asientos delanteros del coche en el que ya tantos atardeceres habíamos compartido. Mi mano, posada sobre su pierna. Y en el dedo anular una alianza plateada que unía nuestros nombres con una 'y'. Y una fecha; el inicio de una historia. El azul de mis ojos perdido en el verdor de los suyos. Mi amor; mi vida.
Me mira, como tratando de averiguar en qué pienso. Paseo por los recuerdos y brota en mí una sonrisa. Corren riachuelos salados por mi cara. Se preocupa, me abraza, y en ese abrazo, me siento la persona más afortunada del mundo; fuerte y débil a la vez, feliz y atemorizado. No quiero que acabe nunca. No quiero besar otros labios, mientras acaricio un pelo diferente. No quiero que sean otros ojos los que me hagan perderme, ni otra mano la que tome la mía en este camino. Quiero pasar contigo catorces de febrero, y quinces, y dieciséis. Para mí, no hay día más especial que cuando estoy contigo. No el amor existe solo este catorce. Para mí, existe y existirá toda mi vida, pues te amo a morir, y si marchas, no será vida esto. Seguimos abrazados, tu calor me transmite confianza y me da el valor justo para atreverme a susurrarte todo cuanto pienso. Acerco mi boca a tu oído. "Te amo." No, no soy capaz de decir nada más. Ella sabe cuánto. La noche ha caído. Ahora, a través de la luna del coche vemos otra Luna. Soy yo Luna también, pues su sonrisa me ilumina y su presencia hace brillar en mí la felicidad. "Eres mi Sol". Susurro en su oído. Ahora camino solo. Ella marchó; mi amor se fue. Mis ojos se tornaron grises, pues mi cielo se halla cubierto de nubarrones desde que no está. Busco en el recuerdo y no encuentro porqués. Esa última vez, la luna del coche opaca por el calor de nuestras respiraciones, albergaba también la trasparencia de un 'te quiero', escrito con su dedo y sellado en mi corazón. Desde entonces, tan sólo he sido capaz de ir sobreviviendo. Mi corazón se alivia un poco con mis seis cuerdas, las de mi mejor amiga, mi guitarra, que me permite evadirme de esta soledad traicionera. Lloro, descargo el agua provocada por la tristeza que inunda mi corazón y camino un poco más, con la esperanza desgastada de que vuelva. Se alejó de mí, sin permitirme que le ayudase. Yo, acudiría cada día a ese hospital con un nuevo DVD para así pasar una tarde de cine; la endulzaría con los más deliciosos bombones, llevaría mis pinturas para colorear sus días, y nunca jamás olvidaría mi bolígrafo y nuestro cuaderno. Escribiría eternamente una historia junto a ella; junto a mi amor. No soy capaz de entender por qué ha decidido alejarme. Ahora me necesita, más que nunca, y yo necesito estar a su lado; ser su bastón, su tirita, su pañuelo. Tengo miedo. Después de algo más de un año, sé responder a esa pregunta que ella formuló y en su momento no supe encontrar respuesta. ¿Qué es la locura? Es locura, simplemente, vivir tu vida dedicando tus pensamientos, sueños, deseos e ilusiones al bienestar y la felicidad de otra persona. Es morir de amor, mientras tu corazón está más vivo que nunca. Es despertar pensando en la persona con la que soñabas; es querer que corra el tiempo y que llegue a tus brazos con un salto, es querer parar $ arena de ese maldito reloj que vuela cuando estáis juntos; es abandonar el papel protagonista de la obra de tu vida, por cedérselo a tu princesa. Hoy, soy un loco; mas un loco enamorado. Fui a ese hospital esta mañana, y me atreví a susurrarle mucho más que un simple te amo. Soy un loco enamorado que encuentra la belleza en tu corazón, y que aunque ahora no pueda acariciar tu pelo, acaricia tus mejillas, ata un colorido pañuelo a tu cabeza y se enorgullece de tenerte al lado. Mañana, estaré más loco aún, y dentro de un mes aún más, pues junto al amor se encuentra la locura. Cada día te amo más y más. Por Cristina Oliva
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Editora del blog
Esperanza Cabello Izquierdo, coordinadora de las actividades de la Biblioteca de Las Cumbres y responsable de la página web. Archives
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