Nuestro Víctor se jubila

Este curso parece que se han puesto de acuerdo para ir dejándonos un poco más solos con tanta jubilación. Desde que nuestro instituto abrió sus puertas, hace ya más de treinta y tres años, habíamos conocido muy pocas jubilaciones, Curro, Mariana...
Pero este curso se despidió de nosotros nuestro Juan (aunque, afortunadamente, lo vemos muchas veces por aqui) después fue Pedro el que colgó la tiza definitivamente (y también vuelve a veces, menos mal), y ahora le ha tocado el turno a Víctor, nuestro conserje.

Francisco (que ese es su nombre) Víctor Pons es, desde hace más de veintidós años, ubriqueño. Nació en Arjonilla, un pueblo de Jaén, en octubre del 57, y después de haber trabajado en Jaén hasta el año 90 obtuvo destino en Ubrique.

Llegó al IES Las Cumbres en 1990, se trasladó a Ubrique con su esposa, Isabel María López García y sus dos hijos, Francisco y Laura.
Desde entonces se ha encargado de la conserjería del centro, al principio con Curro, después con Javier, y hace poco con Basilia.
Es un hombre alegre y bullanguero, amigo de sus amigos, dispuesto siempre a ayudar, con un torrente de voz que a veces hasta asusta, aunque es un apersona muy cariñosa.

En los años que lleva funcionando la biblioteca hemos contado con él en muchísimas ocasiones. Nadie como él para encuadernar, para reparar libros rotos, para fotocopiar manuscritos delicados, para encolar los lomos de los diccionarios rotos por el uso, para plastificar los carnets de biblioteca...

Y en todo el centro lo vamos a echar de menos. Siempre ha sido quien nos ha dado la bienvenida cada mañana y nos ha despedido a las tres, a él hemos recurrido para todo tipo de pequeños favores, él ha organizado las peñas, las loterías, las discusiones futboleras...

Por encima de su tarea como conserje del centro, Víctor ha tenido plena dedicación con el centro y los que formamos parte de la vida en él, cumplidor, eficiente y atento, ha hecho que el trabajo de todos sea más ameno, más fácil.
Te deseamos lo mejor en esta jubilación más que merecida, compañero.
Muchas gracias por tu esfuerzo y tu dedicación, Víctor. ¡Hasta siempre!