Bodas de Sangre (reseña por Andrea Domínguez)

BODAS DE SANGRE, por Andrea Domínguez (2º Bach Artes)

Para hacer un análisis de este libro hay que saber en primer lugar que se trata de un género literario concreto, el teatral aunque impregnado de buena parte de poesía exigido por el contexto (los personajes interpretan cantos que unas veces traen malos augurios y otras animan y decoran la escena).

El autor es Federico García Lorca, perteneciente a la Generación del 27, nacido en Granada y también poeta. Para él el teatro representaba los conflictos reales de la sociedad y por ello se dedica durante su vida a llevar las obras en representación por distintos rincones de España. Se trata de acercar la cultura al pueblo.

Su propuesta es sobre un amor prohibido entre jóvenes de distinta clase social en el marco de una Andalucía rural y con los enfrentamientos típicos.

La novia se casa por conveniencia y el día de la boda huye con el amante a quien no ha olvidado adentrándose en el bosque.

El final es trágico pues los dos hombres, novio y amante, mueren enfrentados y como consecuencia la novia busca a la madre del novio para que la mate, recalcando su pureza. Encuentra rechazo y soledad.

A mi modo de ver la obra está adecuada a un nivel culto ya que los jóvenes actuales no leemos poesía, tampoco teatro, por lo tanto es difícil asimilar el contenido y descifrar los recursos poéticos y simbólicos de Lorca.

Al ser una tragedia, tiene un final desafortunado para los protagonistas aunque la historia es real y es por esto es por lo que me atrae pues puedo conocer la vida durante la preguerra.

Al principio me costó, pero luego la historia me permitió reflexionar y entender.

Para mí se trata de un mundo muy tradicional en el que una joven como yo no podría vivir, no me imagino no poder elegir con quien quiero casarme, cuándo quiero hacerlo y tener que sujetarme a los convencionalismos más grandes.

No creo lógicamente que el fin de la mujer sea traer hijos al mundo y estar al servicio del marido.

Pero, claro está, se representa otra época en la que no se tenía en cuenta la voz de la mujer.