_Aunque del siglo XIX, la historia de nuestro escudo empieza en mayo de 1993. Unos alumnos del IES Las Cumbres de Ubrique que participaban en un Taller de Arte en las aulas descubren, en la escombrera que había en la época junto al cementerio municipal, un cuadrado de piedra arenisca tallada de poco menos de un metro por unos diez centímetros de ancho. Eran Fernando Calvente Ruiz y Jorge Rosado Peña.
A pesar de que la piedra estaba completamente embarrada y rota por las esquinas se dieron cuenta de que se trataba de una pieza que merecía la pena y que podría tener una considerable importancia. Hablaron con sus profesores José Antonio Martel y Manuel Villanueva, y todos convinieron en que merecía la pena recuperar lo que parecía un escudo de piedra. Recogieron, con gran dificultad, los trozos de piedra que formaban el escudo y los llevaron, con más voluntad que medios, al instituto. Lavaron, limpiaron y estudiaron el escudo, dándose cuenta de que era una pieza muy especial, aunque rota, quebrada y faltándole una pequeña parte. Se dieron cuenta de que necesitaban la opinión y el trabajo de un experto, así que llamaron a Joaquín Domínguez Ordóñez, estudiante de Bellas Artes especialista en restauración. Este se prestó a trabajar en la restauración del escudo. Todos trabajaron, durante casi un año, de forma solidaria y sin ningún ánimo de lucro. Tanto el estudio como la restauración sacaron a la luz un tesoro de nuestro patrimonio ubriqueño. Del estudio preliminar de Joaquín destacamos lo siguiente: "Se trata de un Escudo Monárquico realizado en piedra arenisca con motivos tallados y policromados. Antiguamente se encontraba en la fachada del Ayuntamiento de Ubrique, aunque sufrió varias reformas posteriores y traslados en épocas recientes. Aparece una fecha en su extremo inferior derecho pero está casi ilegible por el desgaste. Aproximadamente se puede datar sobre 1805, fecha de la reforma del Ayuntamiento con el estado en que se encuentra tras algunas modificaciones. COMPOSICIÓN: Cuartelados en cruz aparecen dos leones en posición rampante representados de perfil y con la cabeza de frente. este es un matiz muy particular, ya que lo normal es que se represente todo de perfil. Las colas están levantadas y acaban en borlas vueltas en dirección de la espalda. Los dos cuarteles restantes representan sendas torres-castillo con una sola puerta y tres almenas. En el centro, encuadrado en un óvalo, tres flores de lis (forma heráldica de la flor del lirio) compuestas por un grupoi de tres hojas cada una, la del medio grande y las de los costados más estrechas y retorcidas. Están diseñadas en la obra de una forma muy tosca. Unos lazos en forma de "ese" acabados en una flor abierta simulan el eslabón del que pende el cordero de la orden del Toisón de Oro, Orden de Caballería fundada en el siglo XV por Felipe el Bueno, duque de Borgoña y de la cual era maestre el rey Felipe I en España. Dos columnas a cada lado de la composición descrita antes flanquean el conjunto. Son adosadas con fuste liso y con basamentos y capiteles sencillos. Llevan las divisas de forma tosca, simulando las del "Plus Ultra", que conmemoran la conquista de América. COLOR: Es compuesto, pues cada cuartel es diferente, con fondos rojo-anaranjado y verdoso. Las figuras van todas en color tierra. También lleva decoraciones metálicas como el oro y la plata como se utilizan en heráldica. Los fustes de las columnas, los medallones y la separación de los cuarteles van de plata. Debajo de la policromía de color tierra en las figuras y lazos aparece una capa de pan de oro. Pensamos que originalmente estaba al descubierto. El fondo del óvalo donde van las flores de lis es azul muy oscuro. El fondo general de la escena es de color púrpura. Tanto a los colores como a los metales se les denomina en heráldica esmaltes y tienen función simbólica. En la restauración del escudo trabajaron también los alumnos del instituto, siempre a las órdenes de Joaquín, y los trabajos empezaron en octubre de 1993, terminando en marzo de 1994. Durante diecisiete años el escudo de Ubrique ha presidido la entrada del instituto, dando la bienvenida a todos los que han pasado por sus aulas. Pero el olvido es muy traicionero y ya casi nadie recordaba la historia de este trocito de nuestro patrimonio. Además, aunque restaurado y a cubierto, el paso del tiempo estaba dañando la policromía, y la piedra detrítica había vuelto a empezar a deteriorarse, así que el año pasado nos pusimos en contacto de nuevo con el restaurador, Joaquín Domínguez, para ver cómo podría tratarse de nuevo y recuperar, si era posible, su esplendor. En las últimas semanas Joaquín ha estado trabajando de nuevo sobre el escudo de Ubrique, terminando su trabajo para el comienzo del nuevo curso, y dejando como resultado la obra de arte que podemos ver en estas fotografías. De nuevo, ahora flamante y con su policromía reluciente, el escudo de nuestro pueblo volverá a dar la bienvenida a todos los que lleguen a Las Cumbres, quedando como testimonio del paso del tiempo y demostrando que las coincidencias, las casualidades y los golpes de suerte pueden hacernos encontrar, alguna vez, un verdadero tesoro.
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Editora del blog
Esperanza Cabello Izquierdo, coordinadora de las actividades de la Biblioteca de Las Cumbres y responsable de la página web. Archives
Marzo 2016
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